lunes, febrero 28, 2005

Como la cola de las vacas...

Como la cola de las vacas…

Lo más razonable y lógico seria pensar que con el transcurrir del tiempo una comunidad humana debería progresar y mejorar día a día sus condiciones de vida, al igual que su entorno. Lastimosamente aquí no es así, triste y mas específicamente hablo de nuestra ciudad Ibagué, que a pesar de tener una posición privilegiada tanto en el ámbito geográfico como en el político del estado colombiano, en vez de avanzar hacia un futuro mejor, galopa desbocada hacia un mañana incierto, suena cruda y radical esta afirmación pero así es, basta con detenernos y tratar de hacer un pequeño esfuerzo, (para algunos sobrehumano) y salir del estado de apatía e indiferencia que caracteriza a la mayoría de los que habitamos esta ciudad y mirar a nuestro alrededor para poder así constatar que el progreso no se ve por ningún lado; la infraestructura de servicios públicos cada vez es mas deficiente, la malla vial empeora vertiginosamente, los sitios de esparcimiento cultural en vez de aumentar disminuyen paulatinamente, las obras de embellecimiento y ornato brillan por su ausencia, la corrupción administrativa y el desempleo campean a sus anchas, los parques y las zonas verdes cada vez mas están mas descuidadas, las señales de transito son meras figuras decorativas que ni siquiera son contempladas ni por peatones ni mucho menos conductores, el centro de la ciudad parece un mercado persa y la cultura ciudadana es un término totalmente descuidado.

Triste pero cierto nuestra querida ciudad musical cada vez esta mas fea, descuidada y arruinada y en vez de asimilarse a una ciudad capital cada vez parece mas un pueblito olvidado de la mano de Dios.

No faltara el chovinista ciego que califique de absurda esta opinión, pero es una verdad de apuño que Ibagué; como dicen muchos paisanos nuestros, crece como la cola de las vacas: pa´tras.